Los Nabateros del Sobrarbe en el río Cinca
Laspuña (A Espuña) es un pueblo de la comarca del Sobrarbe que se encuentra en las faldas de la Peña Montañesa. Rodeado de montañas es un enclave perfecto para ir a visitar el cañón de Añisclo y los valles próximos de Bielsa y Chistau.
Dado el entorno natural y la proximidad de frondosos bosques donde antiguamente merodeaba el oso, sus habitantes se dedicaban a la tala de árboles y a su transporte por las aguas del río Cinca hacia las tierras del llano. Este antiguo oficio ya desaparecido, el nabatero, se recuperó al principio de la década de los 80 gracias a la Asociación de Nabateros del Sobrarbe.
Cada año, el penúltimo domingo del mes de mayo, se realiza un descenso de nabatas desde Laspuña hasta Aínsa en recuerdo de aquellos intrépidos montañeses que llegaban a las puertas del Marenostrum, tal como nos explica Severino Pallaruelo en su libro “Navateros” y también podemos ver en el documental “Maderadas del Pirineo” de Eugenio Monesma.
Alguno de esos valientes nabateros, perdieron la vida en el río, tal y como recuerda la canción de “Zinca Traidora” de La Orquestina del Fabirol, que en su letra nos describe un río traidor que muestra las piedras y ahoga a los hombres (“Zinca Traidora, que as piedras amuestras y os ombres afogas”).
Nabatas es el nombre que las almadías reciben en Aragón. La única manera que existía para poder llevar los troncos hacia las poblaciones de la tierra plana era el transporte fluvial de madera, así la transportaban hasta el Ebro en Zaragoza, hasta Tortosa y el Mediterráneo, dejando la madera en las localidades de las riberas del río.
Desde el 21 de junio de 2013, el Descenso de Nabatas en el río Cinca es Actividad de Interés Turístico de Aragón: “una actividad original y diferenciada con elementos esenciales que la singularizan de las existentes en otros municipios, consistente en finalizar la construcción de las nabatas, realizada durante todo el año, así como la botadura y navegación por el río Cinca, recuperando la cultura del transporte fluvial de la madera en Aragón”. Las nabatas, a su vez, se declararon Bien de Interés Cultural Inmaterial en 2013.
En la actualidad, las Nabatas se han convertido en un fenómeno de masas en la Comarca de Sobrarbe y constituye uno de los acontecimientos turísticos y sociales más importantes de la primavera en estas montañas.
La conservación de esta tradición también ha ayudado a mantener viva la lengua aragonesa ya que se continúan utilizando las expresiones y palabras aragonesas para definir tanto las herramientas como los materiales que se emplean en la construcción de las mismas. Se cortan los “berdugos” (sargas) que deben “remallarse” (hacerlos flexibles) para atar los “trallos” (maderos) que formaran los “trampos” (tramos) de la nabata que gracias al “mayenco” (crecida del río en el mes de mayo) podrán “baixar nabatiando” (bajar navegando) y si hay algún “contorniello” (situación complicada) los nabateros deberán “abuchar y barríar” (empujar y hacer palanca) para llegar al final del descenso en Aínsa, centro neurálgico de la comarca del Sobrarbe.
El fin de semana que se realiza el descenso es el momento idóneo para visitar el entorno natural de esta zona de la provincia de Huesca, unos parajes maravillosos del Pirineo Aragonés como son el Parque nacional de Ordesa, el cañón de Añisclo, los valles de Bielsa – Pineta y el valle de Chistau. Para los más aventureros se pueden realizar descensos de rafting, kayak, hidrospeed, barranquismo, escalada, paseos en caballo, parapente, quads, senderismo…, un sinfín de posibilidades para pasar un fantástico fin de semana en el Sobrarbe.
Descenso Nabatas río Cinca 2019
Texto y fotografías; Susana Castillón
