Monasterio Viejo de San Juan de la Peña
Cercano a la localidad de Santa Cruz de la Serós y a unos escasos 20 kilómetros de Jaca, el Monasterio Viejo es uno de los monumentos que más visitantes atrae en la actualidad, tanto por su interés histórico, artístico, por la belleza de su emplazamiento, como por ser ruta del Camino de Santiago Aragonés.
Monasterio viejo de San Juan de la Peña. Foto gracias a Fernando Pisa
Claustro del Real Monasterio visto desde la Capilla de San Victorián.
Sala Concilios
Conocido popularmente como monasterio “viejo” o “el de abajo”, comienza su amplia cronología en el Siglo X, alta Edad Media, siendo refugio de las comunidades cristianas asediadas por los musulmanes. Tras destruirse a finales del siglo X el edificio original, fue refundado en el primer tercio del siglo XI por Sancho el Mayor de Navarra. En ese momento comenzó su época de esplendor, promovida por los primeros reyes aragoneses que dotaron al lugar de numerosos bienes, poder e influencia.
Iglesia Superior
Recreación Santo Grial.
En su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII; el denominado Panteón de Nobles, la iglesia superior, y la capilla gótica de San Victorián. A todo ellos se suman edificios posteriores, como el Panteón Real, de estilo neoclásico.
Panteón de Nobles En su panteón real fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón.
Panteón Real
Destaca en su exterior, un conjunto de capiteles del claustro con temas de animales fantásticos y algunos motivos geométricos y vegetales donde destacan los roleos.
Claustro Real Monasterio de San Juan de la Peña.
Detalle Capiteles
Interesante para el visitante es la leyenda que vincula este lugar con el Santo Grial. Según la leyenda, éste permaneció en el monasterio, después de pasar por diversas ubicaciones. La necesidad de atraer a los peregrinos a Santiago que pasaban por el cercano camino de Jaca al monasterio aconsejó que en él se ubicara la reliquia. En 1399 el rey Martin I se llevó el vaso sagrado al palacio de la Aljaferia de Zaragoza, donde estuvo más de veinte años, después de una breve estancia en Barcelona, acompañando al rey y posteriormente se trasladó a la Catedral de Valencia.
La decadencia del monasterio se inició en la segunda mitad del siglo XII, culminando en el siglo XIV con el fin de las donaciones, las pérdidas patrimoniales, las deudas y el deterioro de las construcciones debido a los diversos incendios que la asolaron, y que finalmente hizo que se planificara la construcción del nuevo debido a la pérdida de habitabilidad de este.
El Monasterio Antiguo fue declarado Monumento Nacional el 13 de julio de 1889. Fotos y texto, DescubreHuesca.com. Panorámica exterior del Monasterio viejo gracias a Fernando Pisa
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