La Boca del Infierno; Nuestro Primer Barranco
Inés de UrPirineos nos dijo, ¡tenéis que probar a hacer un barranco! No estábamos del todo convencidos, pero queríamos hacerlo, o eso nos decíamos para animarnos. Hemos de reconocer que fue una aventura increíble, la cual no tardamos mucho en repetir y de paso subir un poquito de nivel.
Aprovechamos nuestras vacaciones de verano y que nos encontrábamos en Jaca, para acercamos a hacer el Barranco “Boca del Infierno”, que solo por el nombre dijimos, ¡ay madre, ya verás! Dicho barranco se sitúa en el Valle de Hecho, fantástico enclave para disfrutar de la naturaleza, el deporte y el turismo rural. Dejamos las furgonetas justo al lado del Centro de Interpretación del Megalitismo, una vez pasado Siresa y antes de llegar a la Selva de Oza. Desde allí caminamos un poco hacia arriba, para llegar al acceso al barranco.
En Puente la Reina nos esperaba Eneko, le avisamos que era nuestro primer barranco y nos dijo que tranquilos, que no estaríamos obligados a hacer nada que no quisiéramos, que era un barranco fácil. Entendemos que son tantas las veces que lo habrá bajado que no podíamos ir en mejores manos.
A la llegada al inicio vimos que no hay ningún grupo más, por lo cual podríamos disfrutar tranquilamente de la bajada. Éramos un grupo de unos 15 (acompañados de dos guías), de los cuales la mitad no habíamos hecho ningún barranco, y la duda en cada gesto, movimiento o salto hace que vayas mas lento.
En nuestro primer barranco, descubriendo Huesca.
Al inicio nos encontramos con una zona de grandes bloques de piedra, entre los cuales te mueves sin problema. No bajaba mucha agua y andamos más de lo normal, un par de saltos de 3 ó 4 metros y hacia abajo. Más adelante si podíamos dejarnos llevar por el agua y disfrutar de lo fría que bajaba.
Mención especial tiene el llamado “paso de la lavadora”, al ser los últimos vimos como todos daban la vuelta, y dijimos ya verás… María fue la única del grupo que no dio la vuelta. Algún pequeño salto, un par de toboganes, y a seguir bajando, siempre con mucha precaución y siguiendo los consejos de los guías.
A mitad el recorrido te encuentras con el bloque colgado (salto al agua de unos 8-9 metros)(ver siguiente foto), al cual se accede mediante un pasamanos debidamente asegurado y un pequeño rápel de 3 o 4 metros y desde allí se accede al bloque, (vaya vistas desde arriba). Una vez allí teníamos dos opciones, o saltar o rápel volado. Eneko era rápido, conforme quitabas el mosquetón de la cuerda que nos aseguraba al bajar, te decía, saltas o… y te enseñaba el mosquetón para el rappel. Los dos hicimos rápel volado, y la verdad que fue interesante, dejamos la opción de saltar para otro día, jajajaja.
Luego llegas a una zona del cauce con paredes muy verticales a ambos lados, muy sombría y preciosa, no se ve desde la carretera, flotar en el agua o intentarlo y disfrutar de la roca, los árboles y el silencio fue una bonita sensación, hasta que llego Raúl (nuestro otro guía) y zás! me tiro del casco hacia abajo (no lo vi venir) y me metió la cabeza en el agua y me despertó, jajajajaja.
Al final un saltito de unos 4 o 5 metros, que era el último, parecía mas de lo que era, nos advirtieron que era sencillo, y que al caer al no estar el agua estancada si no que había burbujas por el agua que caía, la entrada en el agua se notaba menos. No habíamos hecho el salto grande y este no podíamos dejarlo pasar. María se tiró enseguida, a mi me costo un poco más, pero dije, han saltado todos, no hagas el ridículo. Eneko me vio la cara antes de saltar y soltó un ¡no me jod… y me hagas montar un rapel solo por ti! Cuando se dio la vuelta al saco para coger la cuerda ¡salte! Jajajajaja, fue guay, tenia ganas de más, pero el barranco ya había llegado a su fin.
Muchas gracias a Eneko, Raúl y sobre todo a Inés, de UrPirineos que nos esta haciendo Descubrir Huesca de una manera que no entraba en nuestros planes.
Texto; DescubreHuesca.com Fotos; UrPirineos y Pixel Vertical.