Coll de Ladrones, en Canfranc

Sobre una antigua fortaleza fechada en 1592 sentada sobre peñascos se levantó el Coll de Ladrones hacia el siglo XIX. Un fuerte encargado de guardar el límite de la frontera francesa en el municipio de Canfranc. En comparación con los avances de la arquitectura de esos tiempos, el Coll de Ladrones es un perfecto ejemplo de arquitectura militar moderna construida sobre un terreno montañoso.

Coll de Ladrones.
Coll de Ladrones. Foto gracias a Canfranc.es

Coll de Ladrones se levanta sobre la estratégica montaña de “Cot de Latros” una obra que estuvo a carga del ingeniero Juan Martínez Zermeño y Pascual de Navas. Actualmente el fuerte de Coll de Ladrones está incluido dentro de la lista de castillos que son considerados Bienes de Interés Cultural.

La construcción conserva un muro largo y robusto en mampostería que cubre la parte de la ladera en un sitio poco accesible, así como algunos restos de lo que podría ser la base de un torreón, este importante puesto de vigilancia funcionó hasta 1845 o 1850 hasta que fue abandonado por problemas relacionados con su construcción. En 1887 se le hicieron unos arreglos conservando los recintos Norte y Este. Estas obras se llevaron a cabo durante una campaña realizada por un grupo de Ingenieros Militares con el fin de proteger la carretera que comunica a Francia con el valle del Aragón.

Coll de Ladrones.
Coll de Ladrones. Foto gracias a Canfranc.es

Después de las obras de remodelación el viejo fuerte fue arrasado casi en su totalidad exceptuando la parte septentrional. En su lugar se reemplazó por uno similar al fuerte francés del Portalet. La puerta de acceso se ubicó en su frente oriental en donde antes se ubicaba un puente levadizo, después de la puerta le siguen unos fosos excavados en la roca con casamatas de norte a sur que albergaba cañoneras. Hacia el lado de la carretera se ubica una hilera de aspilleras defensivas abiertas desde la peña, estas descienden hacia una batería que esta cerca al río.

Dentro del fuerte se elevan dos edificios paralelos en piedra, que albergan caballerizas cocinas y excusados. El pabellón de los oficiales cuenta con escalera señorial y una ubicación privilegiada para el sol, mientras los cuarteles de la tropa se ubican en la parte más sombría de la edificación.

Como complemento al sistema defensivo del Coll de Ladrones, se construyo la Torreta de los fusileros.

Texto DescubreHuesca.com Fotografías; Canfranc.es